Cierre del gobierno USA
El 1 de octubre de 2025, el Gobierno federal de los Estados Unidos entró oficialmente en “shutdown” al no aprobarse la legislación presupuestaria para el año fiscal 2026. Este cierre se prolongó durante 43 días, convirtiéndose en el más largo de la historia moderna del país. En este artículo analizamos por qué ocurrió, qué efectos tuvo y cómo se llegó finalmente a un acuerdo para reabrir la administración.
El año fiscal estadounidense comienza el 1 de octubre. Para entonces, el Congreso debía haber aprobado las leyes de financiación o, al menos, una resolución temporal para mantener abiertas las agencias. Al no existir consenso ni acuerdo alternativo en la fecha límite, el cierre se activó de forma automática.
El conflicto central giró en torno a la financiación de programas de asistencia sanitaria vinculados al sistema de seguros médicos. Una parte del Congreso defendía la extensión de subsidios que ayudaban a millones de ciudadanos a pagar sus pólizas de salud, mientras que otra sostenía que dichos programas debían revisarse o reducirse.
La Cámara de Representantes había logrado aprobar una medida temporal, pero el Senado la bloqueó en varias ocasiones. La falta de acuerdo entre ambas cámaras impidió que las agencias federales (Gobierno Federal) contaran con financiación continuada.
Cientos de miles de trabajadores públicos fueron enviados a casa sin sueldo mientras otros continuaron en funciones esenciales, aunque también sin recibir pago durante ese periodo. Esto afectó el funcionamiento de numerosos servicios públicos.
Entre los servicios más afectados se encontraron:
Diversos análisis económicos estimaron que el cierre generaría pérdidas millonarias debido a la paralización de contratos, asistencia social retrasada y una reducción temporal de actividad en sectores vinculados al Estado.
Tras semanas de negociación y creciente presión pública, el Senado aprobó un nuevo paquete temporal de financiación. Posteriormente, la Cámara de Representantes votó también a favor del acuerdo, permitiendo que el Gobierno reanudara su actividad.
El presidente firmó la ley que activó la reapertura del Gobierno, autorizando nuevamente el funcionamiento de las agencias federales. Los empleados federales volvieron a sus puestos y se garantizó el pago de los salarios atrasados.
El pacto permite financiar el funcionamiento del Gobierno hasta finales de enero de 2026. La cuestión de los subsidios sanitarios, centro del conflicto, quedó pendiente para una negociación posterior.
La discusión sobre la financiación de los subsidios de salud continúa abierta. Su desenlace afectará a millones de ciudadanos y podría generar nuevas tensiones legislativas.
El cierre deterioró aún más la percepción ciudadana sobre la capacidad de los partidos para alcanzar acuerdos. Se intensificó la sensación de parálisis institucional.
Aunque la reapertura permite retomar la actividad, algunos efectos pueden prolongarse: investigación pausada, gastos adicionales derivados del reinicio administrativo y estrés económico para los trabajadores federales afectados.
Si no se modifica el sistema presupuestario o se alcanzan consensos más amplios, los cierres de Gobierno podrían repetirse en el futuro.
El cierre del Gobierno estadounidense en 2025 fue el más extenso de su historia y una muestra clara de la profunda polarización política que vive el país. Aunque la administración ha reanudado su actividad, las causas que desencadenaron el bloqueo no han sido completamente resueltas. El sistema político afronta ahora la responsabilidad de encontrar mecanismos estables que impidan que la gobernabilidad quede nuevamente paralizada por disputas partidistas.
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